12.09.2010

3. Federico, el dueño del universo o mi no tan nuevo departamento y la vibra que me genera

Ya estoy en mi nuevo (aunque tenga muchos años de construido) departamento. Tengo vista (un tanto truncada) hacia el castillo de Chapultepec. En realidad suena más romántico de lo que es, pues tengo que voltear en diagonal desde el balcón para poder verlo; si mirara lo primero que hay afuera de mi ventana vería una enorme pared -nada bonita- del Hotel Four Seasons.
El caso es que estoy contento, tranquilo. Llego y me siento con ganas de escribir, de pensar, y sobretodo de imaginar. La paz espiritual que brinda estar en un ambiente donde la confianza y la familiridad están presentes, definitivamente libera la mente.
Y ya entrado en este fluir de pensamientos e imaginación es que escribo un pequeño texto, el siguiente, que todavía no sé de qué trata, pero que lo sabré una vez que ponga punto y a parte a este párrafo.

Llegó sintiéndose dueño del universo y no era para menos. Lo había ganado en una rifa de mujeres y hombres de la tercera edad a la cual, por casualidad, fue a dar. Era el premio más deseado, el más anhelado; aquello que nadie nunca imaginó que se pudiera tener, y menos ganar en un pequeña fiesta de un asilo perdido en un pequeño callejón de una colonia modesta. El universo. Los viejitos cuando se enteraron del gran premio, corrieron (los que pudieron) a comprar su billete. A Federico le tocó el penúltimo de ellos. Había que escoger entre el 3 y el 7. No se decidía. Fue una mosca en la ceja la que le hizo mover la mano de forma brusca hasta tenerla en el boleto con el número siete.
Cuando se fue a sentar a la mesa, traía atorado en la mente el tres. Se rifaron un montón de premios: caracoles, países, libretas, viudas, aborígenes, llaveros y el universo. La verdad es que Federico ansiaba ganarse una pequeña tetera tan vieja que decían pertenecía a Matusalén. Al final, fue una viejita de cataratas y parkinson la que se llevó la antigua tetera; Federico notó que la señora tenía el boleto con el número 3.
No supo qué pasó cuando subió al estrado por el universo. Fue hasta que, ya de regreso a casa, 3 cuadras afuera del asilo, notó que iba cargando con un certificado en hoja de oro, el cual leía: acta que certifica la adquisición del universo. No lo podía creer. En realidad, le bastaron 7 segundos para aceptar el hecho y vivirlo. El resto del trayecto lo caminó con un efecto, al menos en su mente, de cámara lenta, por eso es que cuando entró a su casa llegó sintiéndose el dueño del universo.
Lo que pasó después, nadie lo sabe con exactitud. Unos dicen que se fue a recorrer los rincones de su nueva adquisición; otros dicen que se enteraron en una galaxia lejana de un humano dueño del cosmos y se lo llevaron para interrogarlo. La realidad es que desapareció sin dejar huella.
En el asilo, nadie entiende por qué fue Federico quien se ganó el universo, si el pobre sufre de Als Heimer y lo más seguro es que haya olvidado todo y esté perdido adentro de su cuarto.

12.05.2010

2. europa o esa extraña sensación que se da cuando conoces a una blogger

Esta nueva etapa que estoy viviendo, no comienza en el 2011. Sino en el 2010. Ya en la entrada pasada comenté sobre los cambios y procesos por los que estoy atravesando, sin embargo otro muy importante se da del 20 de diciembre al 10 de enero: vacaciones en Europa. (y es que, de verdad que me las merezco)
Llevo ya un rato, aunque no de muchos años, con mi blog. Gracias a este espacio he conocido -cibernéticamente- a personas que valen mucho la pena, o que saben mentir muy bien para aparentar que son grandes personas. Hay una blogger, que prefiero referirme a ella como amiga, con la que he ido construyendo una amistad muy divertida. Todo ha sido poquito a poco, sin forzar situaciones. Con miedo al principio, fuimos rompiendo el tag de ser colegas bloggers, para luego leernos en twitter, aceptarnos en Facebook y por último agregarnos en messenger. Hoy puedo decir que no tengo amiga cibernética con la cual ría tanto como con ella. Nuestras anécdotas nos entretienen montones, a tal grado que si una semana no la veo conectada, ya extraño la plática con ella.
Escribo lo anterior porque resulta que por azares del destino coincidiremos para las misma fechas en una ciudad mágica: París. Cada quien por su lado planeó pasar la Navidad en tan lindo lugar. Esta jugada del destino nos planteó un dilema: seguir nuestra amistad vía laptops, o dar un paso más en este proceso de amistad.
La respuesta era lógica: conocernos. La ciudad de las luces es el lugar perfecto para conocer a alguien y más si ya existe una complicidad generada al leernos en este mundo blogger. Además, ambos somos igual de soñadores e ingenuos, por tanto no hay ciudad más propicia para conocer alguien así.
Y como la respuesta era lógica, decidimos hacerlo: nos vamos a conocer. Me da mucho gusto poder conocer a gente valiosa con la que me topé por casualidad o error en internet. Es parte de entrarle al juego de la era de la información y aprovechar al máximo sus virtudes.
Es una sensación extraña, conocer a alguien en una ciudad tan mágica. Como de cuento todo el asunto. Da miedito, no quieres que se vaya a romper lo que ya existe. Pero por otro lado ¿por qué no vivir la vida como si estuviésemos en una película?
Así que, amiga, ¡te veo en París!

1. a new beginning

Borré todas las entradas que tenía. No es que no valieran la pena. No es que no me definieran. Pero había que dar un paso hacia adelante. Que el pasado no me pesara, como bien me lo dijo un chamán que hace poco me hizo una limpia, y del que estoy completamente agradecido. Hoy también me mudo de departamento. Ya lo hice oficial y estaré trasladando mis cosas en el transcurso de la semana. No estaré por mucho tiempo en mi nuevo departamento, pero lo utilizaré como sana transición a este nuevo comienzo que estoy emprendiendo.
Y es que este año cumplí mis primeros dos objetivos: volverme uno de los mejores visualizadores de comerciales en México y dirigir mi primer comercial. En ambos casos tuve el valioso apoyo de varias personas; si algo me queda claro es que la consecusión de objetivos se da por suerte, esfuerzo y el apoyo de tus amigos.
El siguiente año vienen nuevos retos, y aunque todavía no termina éste, en lo profesional ya estoy pensando en el 2011. (en lo personal al 2010 le queda mucho)